He salido del caluroso desierto para cambiar el continente y acabar en las nórdicas tierras de Suecia, una zona del mundo conocida sobre todo por una cosa: el frío.
Suecia es cuenta con una superficie de 449.964 km² y con una población de más de 9.2 millones de habitantes. El territorio sueco también comprende unas 221.800 islas, de las cuales 1.085 cuentan con una población permanente. La orografía de este país es bastante plana, con la única excepción de la zona oeste, en la que podemos encontrar los Alpes escandinavos. Quizás, el rasgo geográfico característico de Suecia son los lagos. La ciudad está llena de historia, de edificios señoriales que cuentan con siglos de historia. Desde el casco antiguo hasta la parte moderna de la ciudad, Estocolmo desprende un aire de progreso que no se quiere despegar de las tradiciones y la historia. Pasear por las calles estrechas de Gamla stan(casco antiguo)o por las modernas avenidas no te dejará indiferente. Para moverte por la ciudad siempre tendrás a tu disposición tanto autobuses como metros, aparte de los trenes. No obstante, algo que deberíamos aprender es la gran utilización que se hace del carril bici (en España olvidado).
En el clima es donde me he llevado la sorpresa al llegar. Aunque en invierno hace bastante frío, el clima también depende de la zona geográfica en la que nos encontremos. No obstante, durante el verano en sueca hay una temperatura estupenda entre los 20 y 25ºC de máxima y los 6 y los 15ºC de mínima, lo cual deja una temperatura bastante agradable. Después de mi experiencia, he de decir que sólo tuve que usar una sudadera en dos ocasiones en las que hubo tormenta veraniega; de resto, un clima agradable y en ocasiones caluroso.
La cultura sueca es bastante igualitaria, sencilla y abierta a influencias de otros países. El país ha recibido la influencia cultural de otros países e instituciones: la Iglesia Católica y Alemania, Francia y los países anglosajones. No obstante, su cultura y el desarrollo de la misma se encuentran en una íntima relación con la de los demás países nórdicos y sus ancestrales tradiciones. La gastronomía sueca está muy influenciada por el clima y los recursos disponibles. Como la de otros países escandinavos, es tradicionalmente sencilla. El pescado, la carne y las patatas son los ingredientes básicos para elaborar la mayoría de las típicas recetas suecas. Es en las diferentes maneras de condimentar, aderezar, cocinar y en la variedad de salsa donde reside la gran variedad culinaria. Algunos de los platos más famosos son las albóndigas suecas, las cuales se comen con papas hervidas y mermelada de arándano rojo; diferentes tipos de pan y lácteos como el queso y filmjölk.
Después de hablar resumidamente del clima, cultura, etc. me propongo dar una nueva definición que dista mucho de la que tenemos del ciudadano medio sueco. Desmontando el mito, los suecos son gente bastante afable y amigable, siempre abierto a las nuevas culturas; prueba de ello son el gran número de habitantes extranjeros que viven aquí. Tienen gran pasión por el disfrute de la naturaleza y por realizar deporte diariamente si se puede. Y muy al contrario de lo que se cree, el frío no impide que las personas dejen de salir y de verse, simplemente, se siguen reuniendo aunque en sitios aclimatados, reservando los parques y jardines para la época de primavera y verano.
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