domingo, 22 de enero de 2012

Madagascar, un paraíso singular.

Mi ruta por  el mundo me ha llevado a una isla bastante peculiar: Madagascar.  Es la cuarta isla más grande del mundo, y está rodeada por el Océano Índico. Pese a encontrarse más cerca de la costa africana, la colonización de Madagascar la llevó a cabo Indonesia; De ahí que los rasgos de los lugareños sean asiáticos.




El clima en Madagascar depende de la zona geográfica en la que nos encontremos. La zona del este tiene un clima más lluvioso con respecto a la zona costera del oeste, la cual tiene una larga estación de sequía. La zona sur tiene tendencia a un clima semiárido mientras que la zona del norte tiene una tendencia mayor a las precipitaciones. En el interior de la isla podemos disfrutar de un clima tropical gracias a la altura en la que nos encontramos.
Dentro del paisaje que podemos disfrutar podemos disfrutar del macizo de Tsaratanani  con 2876 m de altura en la zona norte, siendo éste el punto más alto de la isla. Mientras, en el sur y centro de Madagascar las formaciones geográficas principales son el Ankaratra y el Andrigitia. Gracias a estas formaciones podemos disfrutar de diferentes ríos, algunos cortos aunque bastante caudalosos y otros más largos aunque poco practicables.
Quizás lo más característico de Madagascar sea su flora y su fauna. La flora ha llevado a cabo un proceso de adaptación al medio que le rodea en la isla; un ejemplo lo encontramos la orquídea. La polinización de las orquídeas la llevan a  cabo las mariposas cuando se comen el néctar de esta planta. Sin embargo, en Madagascar no se encuentra esta especie de mariposa, por lo que la planta modifico su estructura adaptándola  a la de una especie endémica de pájaro para que éste pudiera comerse el néctar y así polinizar. Existen también 373 especies de ranas endémicas, algunas en grave peligro de extinción. Aparte de estas especies, podemos encontrar diferentes clases de animales como los lémures, los cuales hay unas cien especies diferentes; mangostas, fosas, nutrias, musarañas, diferentes tipos de roedores y murciélagos.
Para mi gusto, esta vivencia ha tenido gran valor al poder disfrutar de los montes de Madagascar, sus paradisiacas playas, sus grandes pantanos, ríos y cascadas, además su flora y su fauna autóctona, aunque de ésta prefiero los lémures.

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